domingo, 28 de junio de 2009

DESASTRES NATURALES EN POPAYAN

EN POPAYAN

Dr. Miguel Gueri, Asesor Subregional de la OPS/OMS

El 31 de marzo de 1983, a las 8:15 de la mañana, la ciudad de Popayán capital del Departamento del Cauca Colombia, sufrió un sismo de magnitud 5.5 en la escala de Richter.

Popayán, con 115.000 habitantes. es una ciudad de arquitectura típicamente colonial. Muchos de los edificios son antiguos, hechos de adobe y con poco o ningún refuerzo. A consecuencia del terremoto, el 70% de los edificios sufrieron desperfectos de mayor o menor cuantía. Dos mil quinientas viviendas (12% del total) fueron completamente destruidas y 6,680 (34%) fueron severamente dañadas. El terremoto ocurrió cuando se estaban celebrando los oficios del día de Viernes Santo y la Catedral sufrió serios daños. Como consecuencia, el 25% de todas las muertes causadas por el terremoto ocurrieron allí.

Es importante notar que no solamente los edificios antiguos. sino también muchos edificios nuevos sufrieron daños considerables. Esto se debe a que aunque teóricamente estaban construidos según criterios antisísmicos, en la práctica no era así. Por ejemplo, cuando en el plano de un edificio se describen varas de metal de tres metros de largo para reforzar el cemento, con frecuencia se utilizan dos varas de acero de 1.5 m unidas por un alambre. Naturalmente cuando ocurre el sismo, las varas se rompen en la parte en que están unidas.

Inmediatamente después del sismo se instituyó el comité de emergencia con representantes de varias entidades y bajo la presidencia de la Gobernadora del Departamento del Cauca.

Las actividades de socorro se iniciaron inmediatamente; dentro de las primeras tres o cuatro horas llegaron refuerzos médicos del hospital universitario de Cali que apoyaron al hospital San José de Popayán, pero aún así y a pesar de la asistencia de la Cruz Roja, el Instituto de Seguridad Social y otras agencias, los servicios de salud se vieron abrumados por el gran número de heridos, de tal forma que no existe información sobre la mayoría de los casos que fueron tratados y posteriormente enviados a sus casas.

Este es un problema serio que debe preverse y prevenirse en el futuro. Creemos que la solución puede ser la de asignar a cada médico, paramédico, enfermera, etc. un voluntario escribano con la única responsabilidad de anotar los datos básicos de cada persona atendida: sexo, edad, diagnóstico y tratamiento. Estos datos, aún siendo simples, son de gran valor en la planificación futura de la atención.

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